viernes, 17 de julio de 2015

El brillo del vacío

Desde pequeño siempre me ha gustado mirar el firmamento. Observaba las diminutas bombillas iluminando la bóveda celestial con ese tintineo apenas apreciable, como los quehaceres de un insecto en la inmensidad de un bosque. Me sentía en paz. En una extraña comunión con todo lo que me rodeaba: árboles, animales, el viento e incluso el brillo mortecino que proyecta la ciudad cuando la luna marca su territorio en el cenit de la noche.

Una de esas noches, de cielo despejado y olor a rocío sobre la hierba, me dispuse a perseguir aquel sueño. Cansado ya de seguir estrellas fugaces, decidí convertirme en una. Estudié cosas que me apasionaron, y otras muchas que aborrecí. Me preparé físicamente, entremezclándose más de una vez sudor y lágrimas. Hiciera lo que fuera, la meta siempre era la misma: las estrellas.

lunes, 13 de julio de 2015

Bienvenidos al cajón del desastre

Hola caminante, 

Puede que hayas llegado aquí por casualidad, navegando a la deriva en el salvaje océano que es internet, es posible que también estés aquí porque me conozcas personalmente, o incluso leído algo mío en algún libro, revista o web.

Sinceramente, da lo mismo.

Esto que estás leyendo es el comienzo de una nueva etapa. Atrás dejo ya mi preciado Enclave, que más de una alegría me ha dado, para entrar de lleno en este nuevo proyecto (y también reto) personal. Un cajón del desastre. Una ventana a historias que vagan perdidas en un maremágnum de ideas. Pensamientos amorfos que hacen el amor con la inspiración para cobrar vida espontáneamente, muriendo luego con la velocidad con la que se extingue un cohete de fuegos artificiales.

Bienvenido, a Objetos Perdidos. 

Siéntete como en casa.